Diagnóstico y tratamiento de la rotura fibrilar: una guía completa.

Última actualización:

La rotura fibrilar o desgarro muscular es una lesión muy frecuente durante la práctica deportiva aunque puede afectar a cualquier persona, desde atletas de alto rendimiento hasta personas sedentarias. En este artículo, vamos a profundizar en todo lo relacionado con la rotura fibrilar, incluyendo sus causas, síntomas, tratamiento y prevención. Si alguna vez has sufrido…

Sigue leyendo...

Este sitio web utiliza «enlaces de afiliados» como una forma de generar ingresos. Cuando haces clic en ciertos enlaces y realizas una compra, es posible que reciba una comisión SIN costo adicional para ti.

¿Qué es la rotura fibrilar?

Los músculos están formados por fibras musculares y cuando se someten a una tensión excesiva se pueden romper. Esta tensión puede ser causada por una sobrecarga muscular, un movimiento brusco o un impacto directo. Afecta con mayor frecuencia a las piernas pero se puede dar en cualquier músculo. 

Cuando una fibra muscular se rompe, se produce una inflamación en la zona afectada y al ser un tejido muy rico en sangre suele asociarse a un hematoma en la zona aunque este no siempre se ve si es profundo. La gravedad va a depender de cuantas fibras se rompan. 

rotura fibrilar

El músculo tiene gran capacidad de regeneración, pero donde se produce una rotura fibrilar no aparece músculo nuevo, se genera una cicatriz. Esta tarda entre 6 y 8 semanas en adquirir resistencia.

Las lesiones musculares corresponden entre el 30 y el 60% de las lesiones deportivas. Aunque no son graves y no suelen dejar secuelas casi nunca, deben tratarse y tomarse con seriedad para evitar cronificación y recaídas. 

Causas de la rotura fibrilar 

La rotura fibrilar se produce en situaciones donde el músculo está debilitado como:

  • En el sedentarismo, los músculos por falta de uso se pueden romper con más facilidad. 
  • La deshidratación produce una disminución de la elasticidad del músculo.
  • La desnutrición
  • Los problemas circulatorios
  • Enfermedades metabólicas como la diabetes
  • Edad, a medida que envejecemos, nuestros músculos pierden elasticidad y resistencia, lo que aumenta el riesgo de sufrir una rotura fibrilar.
  • Aparecen con más frecuencia en temperaturas frías. 

En otras ocasiones el músculo está bien pero se produce:

  • Sobrecarga muscular: una carga excesiva en los músculos, ya sea por ejercicio intenso o por realizar una actividad que no estás acostumbrado a hacer. Pero no es necesario muchas veces que el ejercicio sea muy intenso, puede aparecer incluso al caminar.
  • Falta de calentamiento: no calentar adecuadamente antes de realizar ejercicio puede aumentar el riesgo de sufrir una rotura fibrilar.
  • Entrenamiento inadecuado.

Los músculos que más se afectan son los gemelos, el sóleo, los isquiotibiales, los aductores y el recto anterior del cuádriceps.

Síntomas de la rotura fibrilar

Los síntomas de la rotura fibrilar pueden variar según la gravedad de la lesión, pero algunos de los síntomas más comunes incluyen:

  • Dolor en el músculo afectado, que suede ser agudo e intenso y puede empeorar con el movimiento. La sensación muchas veces es como si te hubieran dado un golpe (signo de la pedrada).
  • Inflamación: la zona afectada puede hincharse y ponerse roja. Si la lesión es muy grande (muchas fibras), podemos notar una depresión en el músculo (hachazo) que con el tiempo se convertirá en una cicatriz fibrosa muscular. 
  • Hematomas: pueden aparecer hematomas en la zona afectada cuando se rompen los vasos de alrededor pero con frecuencia aparecen al cabo de los días y a veces son profundos y no se ven a simple vista. 
  • Debilidad muscular: el músculo afectado puede sentirse débil o incapaz de soportar peso.
  • Dificultad para mover el músculo: la rotura fibrilar puede limitar la movilidad del músculo afectado. Esto sucede en los casos más graves.

Grados de lesión:

El GRADO 0 sería un caso de distensión muscular, sin rotura de fibras y por tanto sin hematoma. Se relaciona con calambres, contracturas, y sobrecargas musculares.

El GRADO I o leve presenta roturas microscópicas de las fibras. Se produce una leve distensión muscular y el dolor es leve. Es la más frecuente y no se puede ver con pruebas de imagen. Se afectan < 5% de las fibras. Generalmente estas lesiones tardan entre 2 y 3 semanas en mejorar y recuperarse. 

El GRADO 2 implica rotura del 20% de las fibras musculares, y se asocia a pérdida notable de fuerza y movimiento. En la ecografía se aprecia la rotura muscular. Puede haber deformidad y hundimiento del músculo en la exploración física. Pueden requerir 2-3 meses de rehabilitación y fisioterapia. 

El GRADO 3 presenta rotura total del músculo, separándose ambos extremos. Se puede palpar el defecto en el músculo pero a veces la hinchazón e inflamación impide que esto se vea. Al paciente le genera inmovilidad. Este grado puede llegar a necesitar cirugía y fisioterapia posterior. 

Los grados 1 y 2 suelen ser producidos por sobreestiramiento. La causa más frecuente de la tipo 3 suele ser traumatismo directo en la zona. 

El tiempo de recuperación depende de cada caso y de cada persona.

Cuando los síntomas son más leves y el dolor es menos limitante, el diagnóstico más frecuente es de contractura muscular.

Localizaciones más frecuentes en corredores

8

El músculo más afectado en corredores de media y larga distancia es el sóleo. Son factores de riesgo el pie cavo, la fascitis plantar y el síndrome del gemelo corto. 

En el caso de los corredores de corta distancia, los velocistas, el músculo que con más frecuencia tienen rotura fibrilar son los isquiotibiales en relación con movimientos explosivos. 

¿Cómo se diagnostica?

La mayor parte de las veces, los síntomas son suficientes para su diagnóstico. La exploración puede demostrar hematomas, deformidades, hundimiento del músculo y dolor a la palpación. 

Aunque no suelen beneficiarse de la realización de pruebas de imagen, en casos donde hay dudas de si la lesión muscular se asocia a lesión tendinosa, se puede hacer una ecografía o resonancia. Es importante hacer esta distinción porque el pronóstico y el tratamiento es diferente. Cuando hay lesión de tendón el tratamiento suele ser quirúrgico y en fase aguda, ya que la demora en el tratamiento, el tiempo de recuperación aumenta y los resultados son peores. 

Tratamiento de la rotura fibrilar

El tratamiento de la rotura fibrilar dependerá de la gravedad de la lesión. Algunas lesiones pueden tratarse en casa con reposo y cuidados básicos, mientras que otras pueden requerir atención médica.

En el caso de que presentes una rotura fibrilar debes seguir estos consejos. 

FASE INFLAMATORIA o AGUDA

  1. Reposo. Deja de entrenar y de hacer las actividades que causen dolor o molestia en el músculo afectado. El mínimo descanso debe ser de 72 horas. Pero no es bueno prolongar este descanso mucho tiempo, porque:
    1. Los músculos se debilitan. 
    2. El movimiento ayuda al aporte de sangre al tejido dañado, y eso ayuda a su regeneración. 
  2. Aplica hielo en la zona afectada durante 20 minutos pudiendo hacerse casi de forma horaria durante las primeras 24 horas y después cada 2-3 horas al día siguiente. Esto ayudará a reducir la inflamación y el dolor. El hielo no lo apliques NUNCA directamente sobre la piel. Se venden bolsas de gel que se congelan pero también puedes usar la típica bolsa de guisantes congelados.  Evita la aplicación de calor porque puede empeorar la inflamación y el dolor. 
  3. Eleva el miembro lesionado para bajar la inflamación.
  4. Compresión. Puedes hacer un vendaje compresivo pero que no impida la movilización del músculo. Como alternativa están las tiras adhesivas tipo kinesiotape que se adaptan al músculo y dada su elasticidad proporcionan estabilidad sin restringir la movilidad. No realices una compresión excesiva que pueda comprometer la circulación.
  5. Toma de analgésicos. Aquí existe algo de controversia. En la mayoría de los casos se recomiendan los analgésicos tipo paracetamol o ibuprofeno para aliviar el dolor y bajar la inflamación. En otras ocasiones se recomienda NO tomarlos en las primeras 48 horas por el riesgo de incrementar el sangrado (se podría usar únicamente el paracetamol). En el caso de que hayas padecido de problemas renales, de sangrado digestivo o estés tomando algún anticoagulante, consulta antes de tomar un antiinflamatorio. 
  6. Si el hematoma es muy grande, su evacuación (pinchándose), por un profesional (por supuesto) acelera la recuperación. 
5 7
2 10

TRAS LA FASE AGUDA

A partir del tercer día entramos en la fase regenerativa y de vascularización. Se buscan tratamientos que favorezcan la cicatrización adecuada. 

Podemos beneficiarnos de la visita a un fisioterapeuta que nos guíe en la recuperación y nos pueda recomendar ejercicios específicos para cada lesión. También nos puede aplicar masajes de descarga que nos van a ser beneficiosos. El masaje de la zona lesionada ayuda a aumentar el flujo sanguíneo a través de los tejidos afectados permitiendo que sean más receptivos a estiramiento y contracción. Ayuda a romper las adherencias que se forman cuando el tejido cicatricial se forma. 

6 3

Con respecto a la rehabilitación específica del músculo lesionado, se ha formado una cicatriz pero el nuevo tejido se forma al azar y nuestro objetivo es alinear las nuevas fibras en la dirección de la contracción del músculo. Para realinear, el músculo debe contraerse. Debemos seguir una serie de fases…

Sin titulo Post de Instagram Cuadrado

Con las contracciones isométricas no hay cambio en la longitud del músculo. Es cuando sin movernos contraemos el músculo dañado. En los ejercicios isotónicos el músculo se contrae y se alarga durante el movimientos de la articulación.

Podremos pasar de una fase a otra cuando el ejercicio se haga sin dolor y nos resulte fácil. Según vaya pasando el tiempo la idea es que el corredor con una rotura fibrilar se reincorpore a su actividad de la vida diaria.

En ocasiones se pueden introducir ejercicios de bajo impacto como bicicleta, elíptica, natación, etc. 

No hay que olvidar que todos los tratamientos son incompletos si no se hace un fortalecimiento progresivo posterior y previo al regreso a la actividad deportiva habitual. Lo ideal es buscar un profesional que nos planifique el entrenamiento. 

Con menos frecuencia, puede ser necesaria una cirugía para reparar una rotura fibrilar grave.

OTROS TRATAMIENTOS AÑADIDOS
Dentro de la oferta de servicios de muchos centros de fisioterapia se ofrecen distintos tratamientos para tratar roturas fibrilares. 
Terapia láser: puede ayudar a reducir la inflamación y acelerar la curación de la lesión.
Electroestimulación para la rotura fibrilar (EPI). Es una técnica de fisioterapia invasiva que consiste en la aplicación ecoguiada de una corriente galvánica a través de una aguja de acupuntura que produce un proceso inflamatorio de caracter local permitiendo la fagocitosis y la reparación del tejido blando afectado (tendón, ligamento, músculo, etc). La corriente eléctrica galvánica y el propio estímulo mecánico de la aguja constituyen agentes físicos propios del campo terapeútico de la fisioterapia. La idea con el tratamiento es poner en marcha un proceso de proliferación del tejido colágeno que está desestructurado en estos procesos. Se usa no sólo para roturas fibrilares, también se está utilizando para lesiones tendinosas como la fascitis plantar. Parece tener resultados prometedores pero los resultados en la literatura aquí, aquí y en este otro artículo, no están 100% claras sus beneficios frente a los tratamientos convencionales. 
– La neuromodulación percutánea también se hace con aguja ecoguiada y una corriente de baja frecuencia para estimular el sistema nerviosos y el músculo reduciendo el dolor y la tensión en la zona, mejorando la movilidad. Se suele usar combinada con la EPI. 
Masaje tipo Cyriax es una técnica de masaje digital profunda creada originalmente para reducir las cicatrices. 
Tercaterapia que es la aplicación de corrientes de alta frecuencia que producen aumento de la temperatura en el interior del cuerpo. Buscan acelerar la recuperación del músculo dañado. 

Complicaciones de las roturas fibrilares

  • Formación de cicatriz dolorosa.
  • Encapsulamiento del hematoma.
  • Calcificación del hematoma.
  • En casos en los que se rompe la fascia o aponeurosis que envuelve un músculo puede producirse una hernia muscular que en el caso de ser dolorosa puede requerir tratamiento quirúrgico. 
  • Recaídas.

Prevención de la rotura fibrilar

La mejor forma de prevenir una rotura fibrilar es tomar medidas para reducir el riesgo de sufrir una lesión muscular. Algunas medidas que puedes tomar incluyen:

  • Calentar adecuadamente antes del ejercicio: el calentamiento adecuado puede ayudar a preparar los músculos para el ejercicio y reducir el riesgo de lesiones.
  • Hidratarse adecuadamente: asegúrate de beber suficiente agua antes, durante y después del ejercicio para mantener los músculos hidratados y elásticos.
  • Aumentar la intensidad del ejercicio gradualmente: no aumentes la intensidad del ejercicio demasiado rápido. Aumenta la intensidad gradualmente para permitir que los músculos se adapten al esfuerzo. No es buena idea correr largas distancias sin las condiciones físicas adecuadas. 
  • Estirar después del ejercicio: estirar después del ejercicio puede ayudar a prevenir lesiones y reducir el riesgo de sufrir una rotura fibrilar. Estos estiramientos hay que integrarlos en la rutina de entrenamiento.
  • Descansar de forma suficiente, evita el sobreentrenamiento. 
  • Nutrición adecuada. 
7 1

Conclusión

La rotura fibrilar es una lesión muscular común que puede ocurrir cuando se ejercita demasiado o de forma incorrecta. El tratamiento de la rotura fibrilar dependerá de la gravedad de la lesión y en muchos casos no requiere atención de fisioterapeutas o médicos. 

En el caso de que haya dolor intenso o mucha impotencia funcional, inflamación importante, hematoma visible, cortes, fiebre… es necesario ir a urgencias para valoración por un profesional.

En los casos más leves, los remedios caseros (reposo, aplicación de frío, vendajes y analgésicos) suelen mejorar la mayor parte de las veces. En caso de no mejoría es necesario consultar a un especialista. 

Las roturas fibrilares se pueden prevenir con un buen calentamiento, con una buena hidratación, con un aumento de la intensidad del ejercicio gradual y con la introducción en nuestro entrenamiento de ejercicios de estiramiento después del ejercicio. 

¿Qué son las agujetas?

Yo creo que a todos nos ha pasado esa aparición de dolor de tipo muscular al cabo de las horas de haber hecho ejercicio.

Tradicionalmente se pensaba que eran debidas a acumulación de ácido láctico en el tejido. Hoy se sabe que ese ácido láctico se “lava” por la sangre en las dos horas siguientes al ejercicio. 

La teoría de su origen que más destaca actualmente es que las agujetas son el resultado de MICROROTURAS musculares tras someternos a entrenamiento fuera de lo habitual o con más intensidad. 

El dolor puede ser más o menos intenso y en ocasiones nos puede producir pérdida de movilidad. El dolor ocurre incluso en reposo y hay cierta sensibilidad al tocar los músculos. Típicamente aparecen sobre las 24 horas de haber hecho el ejercicio y duran de 2 a 3 días. 

Tomar agua con azúcar no es la solución.

Mejoran con estiramientos, mayor movimiento o actividad y con adecuado descanso y recuperación del ejercicio. Si son muy intensos debes pensar en hacer entrenamiento cruzado para dar tiempo a tus músculos a recuperarse o incluso tomar algún día extra de descanso.

Si decides volver a correr y las agujetas están presentes pero mejoran tras el calentamiento puedes seguir corriendo sin problemas.

Si no mejoran en cinco días debemos pensar en la posibilidad de que tengamos alguna rotura fibrilar. 

Las agujetas se previenen haciendo estiramientos antes y después de correr. 

Foto del autor

Autor

Beatriz G Bunger
Soy corredora popular desde hace más de una década y me fascina todo lo relacionado con el running. Desde los tipos de entrenamientos, la nutrición antes, durante y después, el ambiente de las carreras y todo el material asociado a este deporte.

2 comentarios en «Diagnóstico y tratamiento de la rotura fibrilar: una guía completa.»

Los comentarios están cerrados.